El país viene sufriendo desde hace meses cortes de energía. Los mismos han generado cientos de protestas entre la población como consecuencia del racionamiento de la luz, y miles de pérdidas económicas en el sector industrial. 

Ante este panorama tan incierto, las autoridades no han sabido traer claridad sobre el asunto y continúan dando versiones enfrentadas y culpabilizando a los proveedores de energía, que poco tienen que ver con la situación actual. 

¿A qué se deben los continuos apagones en Honduras?

Aunque hay quienes insisten en que el problema es originado por un déficit en la generación de energía, lo cierto es que no es una cuestión plenamente estructural. Lo que enfrenta verdaderamente Honduras, es una sequía extrema que impide la adquisición de corriente de origen hidrológico.

Las dos represas que abastecen de agua a la ciudad de Tegucigalpa están a la mitad de su capacidad. Si bien los pronósticos afirmaban que recién a fin de año se percibirían los efectos de esta situación, ya estamos viendo su impacto.

¿Cómo es que el calor impacta en el sistema eléctrico de Honduras?

El 15 de junio del corriente año, el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo pronunció la alerta roja en 140 municipios como consecuencia de la sequía. La falta de lluvia y las altas temperaturas, que se agravarán por el fenómeno de El Niño, no solo están afectando a producción ganadera y al abastecimiento humano, sino que inciden directamente en el suministro eléctrico.

Para ejemplificar mejor, la sequía se traduce en niveles de embalses más bajos, es decir, que no están con una capacidad de generación óptima. Esta situación limita la entrada de energía a la red nacional. 

Por otra parte, las plantas térmicas se sobrecalientan debido a las altas temperaturas, algo que nunca había ocurrido en esta magnitud.  Sin embargo, desde las mismas, afirman que continúan operando al 100 % y solo dejan de funcionar cuando entran en mantenimiento preventivo. 

¿Cómo el calentamiento global nos está afectando? 

Aunque hay quienes niegan la existencia del cambio climático, cada día es un poco más evidente que algo está sucediendo en el planeta. 

Los científicos explican que el ser humano está afectando su propio entorno y perjudicando su subsistencia. La caza indiscriminada, los desechos plásticos, la producción intensiva y la deforestación, entre otros, no solo contaminan sino que también limitan la capacidad de la Tierra de autorregularse. 

A diario, estas actividades lanzan gases de efecto invernadero, que absorben la energía del sol y la conservan dentro de nuestra atmósfera. Eso es lo que percibimos como calentamiento global, y tiene incidencia en los fenómenos climáticos. Hoy es responsable de que se derritan los polos, que crezca vegetación donde no debería, que aumente la frecuencia de los ciclones tropicales y que la sequía se intensifique en Honduras. 

Es importante recordar que el fenómeno de El Niño también está presente. Se trata de un patrón climático que ocurre naturalmente y que está asociado al aumento de las temperaturas en la superficie del océano Pacífico. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el fenómeno, que comenzó su actividad el mes pasado, va a proseguir hasta septiembre acompañado de sequías e inundaciones; y es Honduras uno de los países más afectados. 

La sequía compromete a toda la región

Cabe destacar que el Estado tampoco está pudiendo comprar energía de afuera. Esto se debe a que el resto de los países de Centroamérica se encuentran enfrentando situaciones similares y no están vendiendo su producción al exterior. De esta manera, logran cubrir su propio déficit y resguardar sus embalses. 

En definitiva, la sequía está impactando fuertemente en el mercado eléctrico regional y la crisis se va intensificando en el territorio. Los expertos pronostican que continuará hasta 2024, por lo que el gobierno deberá adoptar medidas urgentes para apaciguar los daños y consecuencias que provocarán los apagones. 

El pasado 12 de junio comenzaron los planes de racionamiento de energía en Honduras, por lo que los abonados pierden el servicio durante horas, dependiendo de la demanda. En estos momentos, hay un déficit de generación de casi 200 MW producto de la sequía.