Las sospechas de una campaña de injerencia extranjera se han reavivado en Francia tras aparecer el sábado, al pie de la Torre Eiffel, cinco ataúdes rellenos de yeso y cubiertos con la bandera francesa. “Soldados franceses de Ucrania”, se leía en una inscripción. La acción recuerda a los graffitis de manos rojas que aparecieron Memorial de la Shoah a mediados de mayo y las estrellas de David en varias zonas de París a finales de octubre de 2023. En los tres casos, las sospechas apuntan, según varios medios franceses, a una operación de desestabilización con origen en Rusia.
El método es similar en los tres casos, y en realidad no es nuevo. En los años cincuenta, y en plena Guerra Fría, ya lo utilizó la Unión Soviética para sembrar confusión en la sociedad de un país considerado enemigo, entonces la Alemania Occidental, con grafitis antisemitas. Los ataúdes al pie de la Torre Eiffel llegan unos días después de que el posible envío de instructores militares franceses a Ucrania reabriese el debate, impulsado por el presidente Emmanuel Macron, sobre un posible despliegue de tropas occidentales para ayudar a los ucranios ante la agresión rusa.
Los hechos, en el episodio más reciente, sucedieron el 1 de junio a las 8.30. Una furgoneta con matrícula búlgara aparcó en la esquina de la avenida Jean Paulhan y el muelle Jacques Chirac, cerca de la Torre Eiffel, según el diario Le Parisien. El vehículo transportaba los ataúdes, que otros dos hombres se encargaron de instalar. Las cámaras de videovigilancia registraron parte de la operación
La Fiscalía de París identificó en un comunicado al chófer como un ciudadano búlgaro nacido en 1985. Los otros dos son un alemán nacido en 1999 y un ucranio nacido en 2007 y menor de edad. Los tres reconocieron haber recibido dinero por la misión: el primero, 120 euros, según Le Parisien; los otros dos, 400. Por ahora, no se ha identificado quién les encargó la misión y la sufragó.
El alemán y el ucranio fueron detenidos en una estación de autobuses de París cuando estaban a punto de salir hacia Berlín. El búlgaro también pasó a disposición judicial. Los tres han quedado en libertad en calidad de “testimonios asistidos”, figura intermediaria entre el simple testimonio y el imputado.
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Existe un vínculo entre los ataúdes y las manos pintadas de rojo que aparecieron en la mañana del 14 de mayo en el Muro de los Justos de Monumento a la Shoah en París, y otros puntos de la ciudad, según una nota interna de la Dirección de Seguridad de Proximidad de la Aglomeración de París (DSPAP) citada por Le Monde. Los investigadores, según esta información, creen que los tres detenidos estaban en contacto con un búlgaro de 34 años que participó en la operación de las manos rojas.
Las manos rojas son un símbolo que se ha visto en las manifestaciones propalestinas en las universidades francesas y que han suscitado un debate sobre su posible mensaje antisemita. Aquella operación sembró la confusión. En un primer momento, dirigentes políticos y comentaristas la asociaron al aumento de actos antisemitas que se ha registrado en Francia desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre y el ataque israelí a Gaza. Unos días después, el semanario Le Canard Enchaîné reveló que los autores de las pintadas eran tres individuos que se habían alojado en un hotel de París, que había sido reservado desde Bulgaria, y que después de cometer el acto se habían subido a un autobús en dirección a Bruselas.
El modus operandi recuerda al del grupo que el pasado otoño, unas semanas después del 7 de octubre y del inicio de la guerra en Gaza, pintó estrellas de David en edificios de varias zonas de París, y provocó la indignación por su supuesto carácter antisemita. Los servicios de inteligencia franceses, según Le Monde, apuntan como responsable de la operación de las estrellas al FSB, los servicios de inteligencia rusos, aunque la Fiscalía no ha hecho públicas sus conclusiones.
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