La Fórmula 1 se alegra por Lando Norris, campeón en el GP de Miami | Fórmula 1 | Deportes

Lando Norris logró muchísimas cosas este domingo en Miami, todas ellas buenas para el Mundial de Fórmula 1, que aplaudió a rabiar la carrera que hizo el británico, ganador al fin de un gran premio. En su 110ª prueba en el certamen, todas ellas al volante de un McLaren, Norris rompió al fin el maleficio que parecía haberle caído encima, y que todavía le mantiene como el corredor que más podios ha sumado (15) sin haber podido subir al escalón más alto del podio. Tras cinco temporadas y media, el joven piloto, de 24 años, se quitó una espina que comenzaba a pesarle en la moral, sobre todo después de liderar la resurrección de la escudería de Woking (Gran Bretaña), y ver cómo otros se llevaban la gloria.

Fue Daniel Ricciardo, en Italia y hace tres años (2021), quien celebró el primer triunfo de McLaren en nueve años (desde 2012). Esta vez, el dicharachero muchacho de Somerset, uno de los más populares de la parrilla, lo hizo todo bien y tuvo la suerte que le faltó en otras ocasiones; esa que normalmente viene dada por elementos que pueden catalogarse como aleatorios, como la aparición del coche de seguridad. Max Verstappen terminó el segundo, impotente y sin capacidad de réplica después de que el safety remezclara el pelotón. Charles Leclerc cerró el podio y cruzó la meta justo por delante de Carlos Sainz, su vecino de taller en Ferrari, mientras que Fernando Alonso finalizó el noveno.

Colocado el quinto en el arranque, Norris encontró la ruta que le colocó en la mejor predisposición para sacar tajada de cualquier oportunidad que se presentara. Y esta llegó justo en el ecuador de la cita, a raíz del accidente que protagonizaron Logan Sargeant y Kevin Magnussen, que obligó a los comisarios a sacar el coche de seguridad. Eso situó al de McLaren al frente, justo por delante de Verstappen, que no pudo atar en corto a su rival y colega cuando la carrera se relanzó. Poco a poco, el margen al frente del actual campeón fue en aumento, hasta ir más allá de los siete segundos al final. Una diferencia inusual al tratarse de Red Bull y Mad Max, molesto por haber perdido, tambiém quedó contento por haberlo hecho ante Norris, que sirvió a McLaren su segunda victoria en 12 años. Por lo demás, el chico se convierte en el tercer piloto en imponerse en este ejercicio, junto a Verstappen y Sainz.

En menos de un año y medio, McLaren ha conseguido algo que ni siquiera ha estado al alcance de Red Bull. En las primeras paradas del calendario del pasado curso, McLaren puso en pista el monoplaza más lento de todos. Después de aceptar el Everest que había que escalar, la tropa de los coches color papaya fueron revitalizando el prototipo hasta que en Silverstone le dieron un arreón que no ha dejado de acercar el bólido al Ferrari, primero, y al del búfalo rojo, después. Para entender un poco de dónde viene este coche, basta con un solo dato: hace un año, en Miami, el McLaren mejor colocado al terminar el evento fue el del propio Norris, que lo hizo a casi un minuto y medio del vencedor (Verstappen). Una vuelta al calendario después, la evolución de ese aparato se mostró más afilado que el que ha dominado el cotarro hasta la fecha, sin ningún tipo de condicionante.

“Ya he tardado, eh…”, soltó Norris, aliviado, nada más bajarse del coche, y después de ser felicitado por la mayoría de sus oponentes, que rompieron el protocolo para darle un abrazo. “Finalmente lo he logrado. Fue un día largo, y una carrera complicada. Pero finalmente estoy allí, el primero, y me siento en la luna”, añadió el gran protagonista del fin de semana, que el pasado mes de enero renovó su compromiso con McLaren, hasta más alá de 2026: “Me quedé porque creo en este equipo”.

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