La guerra entre Israel y Hamás puede tener graves consecuencias también para la seguridad de la Unión Europea, advierte la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson. “Existe un enorme riesgo de que aumente la amenaza terrorista relacionada con el conflicto”, incide la política sueca. “Puede haber terroristas que vengan a la UE, pero el mayor riesgo es que la gente que está aquí, ya radicalizada, pueda cometer ataques”, remarca la responsable de Interior de la UE en una entrevista con un pequeño grupo de medios europeos, entre ellos, EL PAÍS.
El ataque yihadista de la semana pasada en Bruselas, en el que fueron asesinadas dos personas de nacionalidad sueca, preocupa a los socios comunitarios, que temen también una mayor radicalización nutrida a través de contenidos de internet. Francia, Suecia y Bélgica han elevado su nivel de alerta. Mientras, aumenta el debate sobre el caso de Bruselas, que además de dejar al descubierto errores enormes en el sistema judicial belga —el terrorista era un inmigrante tunecino en situación irregular y Túnez había solicitado su extradición— ha visibilizado fisuras en cómo comparten inteligencia y datos los Estados miembros.
La UE no tiene competencias en la evaluación de riesgos y en cuestiones de seguridad interior. Son, reconoce Johansson, responsabilidad de los Estados miembros. Sin embargo, la comisaria explica que ha intensificado los contactos con los ministros del Interior y ha desplegado una serie de herramientas para mejorar la cooperación entre los socios, estrechar el círculo en torno a las amenazas terroristas y poder juntar todas las piezas del puzle. “No vamos a permanecer callados y quietos esperando a que se produzca un ataque. Trataremos de apoyar a los Estados miembros para que estén preparados. Hay que prevenir, pero también proteger y actuar”, asevera la política socialdemócrata sueca.
Una de las prioridades, destaca Johansson (Huddinge, 59 años), es aumentar la protección de los lugares públicos y de culto. Bruselas estudia un “nuevo rumbo” que permitiría aumentar los fondos europeos para ello. La UE dispone de un grupo de asesoramiento especial y de seguridad para proteger esos entornos. Y cuenta con un fondo especial, con un capítulo de financiación específica para la comunidad judía, señala Johansson. Ahora, Bruselas está sondeando a los Estados miembros para ver si, con esta nueva crisis, necesitan “reprogramar” el dinero. Algunos Estados miembros, como Países Bajos o Bélgica, han aumentado ya la seguridad de los centros judíos.
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La presidencia española del Consejo de la UE ha activado el mecanismo de crisis a su nivel máximo para que todas las instituciones puedan compartir información. Informes de inteligencia advierten de que ha aumentado el riesgo de delitos de odio (desde islamófobos a antisemitas) en suelo europeo y también se ha incrementado la amenaza en las delegaciones de la UE en el exterior.
Johansson resalta que el “peligroso conflicto en Israel y Gaza” visibiliza la necesidad afianzar las comunicaciones contra las amenazas terroristas: desde el papel de las redes sociales a las armas de fuego o las amenazas que plantean los drones.
Retirar de la Red contenidos terroristas
Bruselas, señala la comisaria de Interior, ha puesto el foco también en el riesgo de radicalización que se nutre del contenido de internet y las redes sociales y cómo la Red y la tecnología aportan mecanismos de financiación, sobre todo a través de criptomonedas. “Hamás es pionero en este campo, aunque financian casi todas sus actividades fuera de la UE”, asegura Johansson. La responsable europea de Interior (cartera que incluye también inmigración) asegura, además, que en las últimas semanas se ha duplicado el número de peticiones de los Estados miembros a las compañías tecnológicas para retirar el contenido vinculado el terrorismo de la Red a través de la nueva regulación europea.
Ahora, la UE quiere convertir el grupo de expertos sobre la sensibilización frente a la radicalización en un “centro de conocimiento” estructurado y permanente. “Tenemos un problema con los lobos solitarios. Vemos cada vez más y muchos de ellos radicalizados en la Red. Y eso es más difícil verlo de antemano”, remarca Johansson, que llama además a “impulsar la cooperación policial”. “Tenemos un desafío cuando se trata de compartir información”, dice.
Bruselas quiere dar más poder y más recursos a Europol. En las últimas semanas, además, en medio de las preocupaciones de que la guerra de Israel contra Hamás deriven en una escalada regional y en un gran problema de seguridad para la UE e incluso en nuevos flujos migratorios, la Comisión ha endurecido su discurso sobre incrementar las devoluciones de los migrantes en situación irregular.
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