Dos días después de que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya ordenase a Israel detener de inmediato su ofensiva en Rafah, un bombardeo aéreo ha causado este domingo allí una matanza, en el campamento de desplazados de Tel Al Sultan. El ataque provocó un incendio que se fue extendiendo por las precarias construcciones de chapa, plástico o tela hasta acabar con la vida de al menos 45 personas, 23 de ellos menores y mujeres, según el balance proporcionado ya este lunes por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en la Franja, una vez extinguido el fuego y recuperados los cadáveres. El Gobierno israelí admite en sus primeras pesquisas que el incendio se produjo al lanzar un asesinato selectivo, que había calificado de “preciso”, en el que mató a dos mandos locales del brazo armado de Hamás en este campamento. Según la Media Luna Roja Palestina, era una de las zonas designadas por Israel como “humanitarias” y, por tanto, seguras.
Aparentemente, buena parte murieron abrasados o asfixiados por el humo. Las imágenes grabadas por los periodistas y habitantes del lugar muestran el hallazgo de cuerpos calcinados, entre ellos de bebés y adolescentes, mientras un incendio consume parte del campamento. Desde el alba se pueden ver los restos de chabolas carbonizadas, a gente llorando a sus seres queridos o a los cadáveres envueltos o mostrados a la prensa.
Uno de los testigos entrevistados por los medios, Muhamad Ahmed Abu Sibah, contó que llevaba cinco meses en el campamento y hasta entonces se sentía relativamente seguro. Hasta este domingo, cuando estaba en su tienda de campaña “entre [las oraciones] del Maghrib y el Isha”, a última hora de la tarde, y oyó una explosión. Después, otra. “Fueron al menos dos misiles. El fuego comenzó a venir en esta dirección. Había coches quemados, mártires [muertos]…”, explicó.
En una rueda de prensa, el portavoz del Gobierno, Avi Hyman, ha calificado de “grave” lo sucedido y admitido la autoría del ejército, según las investigaciones preliminares. “Fuimos a por dos mandos de Hamás responsables de muchos ataques […] Tras el ataque se desencadenó un incendio, los terroristas estaban bajo tierra…”, señaló.
Israel efectuó el bombardeo poco después de que Hamás ―el movimiento islamista que aún combate en partes de Gaza y responsable del ataque multitudinario del 7 de octubre― hiciese una demostración de fuerza con su primera andanada de cohetes en cuatro meses contra la región de Tel Aviv. Manifestaba así cómo ocho meses de invasión no han anulado su capacidad de alcanzar ciudades importantes y lejanas. Desde la orden del tribunal de La Haya, el ejército israelí no ha rebajado la intensidad de su ofensiva en Rafah, y sigue bombardeando otras partes de la Franja.
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Según la Media Luna Roja Palestina, Tel Al Sultan no estaba entre las zonas que había ordenado evacuar en el marco de la ofensiva que comenzó el pasado día 6 en Rafah y en la que va dando órdenes parciales de abandono. Estas órdenes, y el temor generalizado de la población a una invasión terrestre a gran escala, han llevado ya a abandonar Rafah a la mayoría de gazatíes que se venían concentrando allí desde hace meses, en busca de un último refugio ante el avance del ejército en el norte y tras su llegada a la cercana ciudad de Jan Yunis. Se calculaba que estaban en torno a 1,4 millones de personas. Naciones Unidas cifra en 900.000 los que ya se han marchado a la fuerza, parte de ellos hacia Al Mawasi, la “zona humanitaria ampliada” designada por Israel y cuyas condiciones preocupan a las organizaciones internacionales y no gubernamentales.
La matanza ha motivado pequeñas manifestaciones de madrugada en varios puntos de Cisjordania y ha llevado a Hamás a pedir este lunes una “escalada en las actividades públicas de rabia y presión para parar la agresión y la guerra genocida”. “Esta masacre supera todos los límites y requiere una intervención urgente”, ha señalado por su parte Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.
La indignación ha trascendido Palestina, con términos más duros de lo habitual, motivados aparentemente por la pérdida de paciencia hacia Israel y a que pocos días antes el Tribunal de Justicia Internacional (TIJ) de La Haya le pidió detener de inmediato su ofensiva justamente en Rafah y el fiscal jefe de otra corte, la penal internacional, solicitase una inédita orden de arresto contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant.
En Bruselas, tanto el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, como la titular alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, han pedido a Israel que respete la decisión del TIJ. Y el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha manifestado “indignado” y ha pedido un “alto el fuego inmediato”, mientras que Guido Crosetto, el ministro de Defensa de Italia (otro de los países europeos más cercanos al Estado judío) ha asegurado que ya “no se puede justificar” la situación en Gaza, que ve con “desesperación”.
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