Un reciente informe de ejecución presupuestaria del sistema público de salud en Honduras ha generado controversia al revelar inconsistencias en los datos proporcionados por la Secretaría de Salud y la Secretaría de Hacienda. Estas discrepancias, que superan los 3.800 millones de lempiras, han puesto en duda la transparencia y eficiencia en la gestión de los recursos asignados al sector, lo que ha desatado un debate en un momento crítico para el sistema de salud del país.
Según datos del Ministerio de Hacienda, el sistema de salud ha ejecutado sólo el 77% de su presupuesto, correspondiente a 22.342 millones de lempiras de un total de 29.091 millones asignados. Sin embargo, las autoridades de Salud sostienen que la ejecución alcanza el 90%, lo que equivale a 26,182 millones de lempiras. Esta diferencia ha generado dudas sobre la veracidad de las cifras y la coordinación entre ambas instituciones encargadas de gestionar los recursos. Según representantes de Salud, este presupuesto se ha utilizado para la compra de medicamentos, equipos médicos y la construcción de nuevos centros de salud en todo el territorio nacional.
En una reciente comparecencia, el viceministro de Salud, Nerza Paz, acompañado de directores regionales y de hospitales, atribuyó las diferencias a lo que calificó como un sistema obsoleto en el Ministerio de Hacienda. Entre risas, el funcionario comentó que los datos que ofrece Salud son más precisos y reflejan la realidad de la ejecución presupuestaria. “Estamos progresando muy bien. Vamos a superar el 90% de ejecución en todos los procesos”, dijo Paz, quien también destacó los esfuerzos realizados para agilizar los trámites administrativos y garantizar el uso oportuno de los recursos.
En este contexto, las autoridades sanitarias afirman que algunos centros de salud ya han ejecutado la totalidad de su presupuesto asignado, aunque reconocen que aún falta consolidar los datos correspondientes a lo que resta de 2024. Según Salud se han gastado más de 2 mil 118 millones de lempiras. invertido en la adquisición de medicamentos, lo que ha permitido alcanzar un abastecimiento del 80% en los 32 hospitales públicos y los 20 hospitales regionales del país. “Aún hay procesos de compra en marcha, pero estamos garantizando que no haya desabastecimiento de medicamentos en el sistema”, afirmó Paz.
Una perspectiva optimista de los hospitales
Por su parte, directores de hospitales y centros regionales han respaldado las declaraciones de las autoridades de Salud, asegurando que se han logrado importantes avances en la gestión de los recursos y el suministro de insumos. Gabriel Paredes, director del Hospital Mario Rivas, señaló que el centro médico cerrará el año con un abastecimiento del 84% en su almacén de insumos y del 74% en las farmacias internas. Según Paredes, esto representa una mejora notable respecto a años anteriores, cuando la escasez de medicamentos era una constante.
En la misma línea, Herbert López, director del Hospital Universitario, destacó los cambios positivos que ha experimentado el centro asistencial tras su reincorporación al Ministerio de Salud. López aseguró que han recibido equipos médicos y medicamentos suficientes para cubrir las necesidades del hospital, lo que ha permitido una mejor atención a los pacientes. “Estamos en un proceso de transformación que nos permitirá alcanzar niveles óptimos de oferta y atención”, afirmó.
En tanto, Nelson Paz, director del Hospital San Felipe, destacó que se trabaja en la implementación de una plataforma digital para gestionar las citas médicas, lo que podría reducir significativamente las largas filas y tiempos de espera que han sido motivo de quejas de los pacientes. pacientes. Además, tanto él como otros directores regionales aseguraron que los almacenes están equipados para cubrir las necesidades del sistema sanitario durante el próximo año.
Críticas de la ASJ y respuestas del Ministerio de Salud
Pese al optimismo expresado por autoridades y directivos hospitalarios, un informe de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ) ha revelado graves deficiencias en la gestión presupuestaria del sistema sanitario. Según el informe titulado “La ineficiencia en la gestión presupuestaria del Ministerio de Salud pasa factura a los pacientes y al personal”, el 21% de los pacientes reportó haber recibido medicamentos incompletos o no haberlos recibido en absoluto. Además, el 22% afirmó que debía pagar los medicamentos en los mismos centros de salud. Por otro lado, el 59% del personal médico y de enfermería reportó no contar con los insumos necesarios para realizar su trabajo, y el 43% admitió haber adquirido materiales con su propio dinero para atender a los pacientes.
Ante estas acusaciones, las autoridades de Salud rechazaron las acusaciones y calificaron los datos de la ASJ como ataques infundados. El viceministro Nerza Paz expresó su desconcierto ante las críticas de la organización y cuestionó sus intenciones. “No sé qué tiene la ASJ contra Salud, no hemos hecho nada para justificar estos ataques. En lugar de criticar, deberían centrarse en educar a la población para prevenir enfermedades”, afirmó Paz, visiblemente molesto.
Sin embargo, las críticas de la ASJ reflejan una realidad que muchos pacientes y profesionales de la salud siguen enfrentando. A pesar de los avances reportados por las autoridades, la percepción general es que aún quedan grandes desafíos por superar para garantizar un sistema de salud eficiente y accesible para todos.
Un sistema de salud en proceso de cambio
Si bien las autoridades de Salud defienden su gestión y aseguran que los recursos se utilizan de manera efectiva, las discrepancias en las cifras y las críticas de organizaciones como la ASJ muestran la necesidad de una mayor transparencia y coordinación en el manejo presupuestario. Si bien se han reportado avances en el suministro de medicamentos y la mejora de los servicios, la percepción de los pacientes y del personal médico sugiere que aún queda mucho por hacer para alcanzar los niveles de calidad y eficiencia que necesita el sistema de salud.
El próximo año será clave para evaluar si los esfuerzos realizados por las autoridades logran consolidar un sistema de salud más funcional y equitativo. Mientras tanto, los ciudadanos continúan esperando que las promesas de mejora se traduzcan en cambios reales que beneficien a todos los hondureños, especialmente a aquellos que dependen del sistema de salud pública para acceder a servicios médicos esenciales.